Se fue KITO.

Le han salido alas y ha volado para siempre.

Intente tirarle del rabo para que se quedase, lo intente con todas mis fuerzas, pero no pudo ser.
KITO
Llevamos un año luchando.
Desde que llego sabíamos que nos enfrentábamos a una lucha muy difícil, pero fuimos a por todas.
Todos nos habéis ayudado infinito. Cada uno con su empujón, desde los veterinarios en la cirugía, en cada ingreso, los generales con revisiones, cada medicación conseguida, cada manta de príncipe, cada día o noche o turno cambiado por los compañeros de trabajo, cada carga de tetinas de los biberones, recogidas por sus tías auxiliares, cada animo, cada consejo, hasta el banco que nos concedió el préstamo para operarle. Todos hemos empujado.

Todo se paraliza hoy, todo cambia porque todo empezó a girar en torno a él hace un año. Había que organizar sus horarios de comida, baño, medicación…las rutinas de la casa tenían que encajar, y sin darnos cuenta así ha sido.

No me he separado de el en un año! Se vino con nosotros a Barcelona, a Santander, a Avila, a Alicante al viaje de la playa…ideamos el Kitomovil y la nevera con biberones y medicación. 
Nada nos paraba. Aunque ahora nos hemos parado en seco.

Cielos, como le vamos a echar de menos!!!
Pequeñin, tienes que correr mucho, y jugar, y mordisquearlo todo. Por allí hay muchos amigos que se fueron antes que tu, ellos te enseñaran. No tengas nunca miedo. Y si te acuerdas un poco de nosotros mandanos un lametón de animo, pues aquí nos hemos quedado, muy, muy, muy tristes.