Él es CESAR, sí, porque ahora vuelve a ser CESAR.
Su familia le cambio de nombre cuando nos lo adoptaron hace dos años. Pero eso ya da igual porque lo han devuelto.
¿El motivo? No hay motivo para hacer algo así. Nunca. Asique ni lo queremos oír. Porque lo que si oímos es a CESAR aullando todo el día llamando a su antigua mama. Y es dolor lo que sentimos.
Pero es igual. Ya nunca más. Ya está con nosotros, en casa de mama Macu, que le dice todo el rato lo bonito que es y lo que le quiere. ¿Y sabéis qué? Pues que a CESAR se le olvidará lo anterior, y solo se sentirá querido. Y guapo. ¡Y levantara el culo! ¡Y el ánimo!
Y tú, quien le has dejado, nunca más volverás a sentir ese amor, porque tú eres quien ha perdido.
CESAR se vendrá a la comida del domingo, para que todo el que quiera venga a abrazarle y porque a partir de ahora, ¡no se va a perder ni una aventura!
