Fuente: http://www.elmundo.es/f5/comparte/2017/02/24/58af18a7ca474177248b4573.html

 

  • PELAYO ÁLVAREZ

Mientras se legislan nuevas leyes para que nuestras mascotas cuenten con más derechos, al mismo tiempo crece el número de instituciones y personalidades célebres que se posicionan en contra del maltrato animal y a favor de la adopción. Pese al aumento de la conciencia social que se ha dado en este sentido, no todos los animales gozan de la misma suerte. Los perros y gatos más jóvenes y los de raza tienen más posibilidades de acabar en una casa y encontrar familia. Los cruces, los abuelos y los que están enfermos o sufren alguna discapacidad son los grandes olvidados.

Precisamente para ayudar a estos últimos surgió hace un tiempo la asociación Bichosraros.org. María, su fundadora, comenzó a adentrarse en el mundo del abandono animal y, dentro de éste, descubrió ese grupo desfavorecido del que no se podían hacer cargo las protectoras. Comenzó acogiendo a un animal discapacitado y, poco a poco, fueron llegando más hasta que vio la luz su protectora especializada, que cuenta con sede en Madrid.

La falta de tiempo y de manos son las principales dificultades a las que se enfrenta la asociación. Sólo cuenta con dos personas que atienden a diario a 80 animales entre perros y gatos. Los canes y felinos son organizados dentro de las instalaciones separados por patologías y viven en lugares distintos de acuerdo a la dependencia que tengan.

El día a día de las dos responsables de Bichosraros es «trabajo, trabajo y trabajo», eso sí, «con mucho cariño y buen humor». A diferencia de la filosofía de otras protectoras y refugios, la suya no es intentar dar pena, sino todo lo contrario. «No nos regodeamos en las situaciones patéticas que muchas veces nos toca vivir. Preferimos mostrar a los demás el lado bueno de la adopción, y que vean que nuestros peludos son plenamente felices a pesar de su discapacidad y sus antecedentes», señala Macu, responsable legal de la asociación.

La mayoría de los animales que llegan al refugio tienen su origen en atropellos, abandonos y cesiones de personas que no pueden hacerse cargo de mascotas impedidas. Además, también se los envían desde otras protectoras puesto que en muchas ocasiones no pueden convivir en un refugio al uso, como comentábamos al principio. No sólo atienden a animales parapléjicos, sino también tetrapléjicos y con problemas neurológicos.

Una de las necesidades imperativas de la asociación es la adquisición de sillas de ruedas y elementos ortopédicos para sus acogidos. Desde Bichosraros afirman que intentan comprar lo mejor y no lo que se vende en el mercado alternativo, puesto que a veces les perjudica más que les beneficia. «Si no tenemos dinero para comprarlo pedimos un crédito, pero jamás ponemos algo que no sea bueno para el animal», insiste la responsable. Al margen de eso, han creado un banco de sillas de ruedas que permite a aquellas personas que hayan perdido a su animal discapacitado donarles material. Ellos, a su vez, también se lo hacen llegar a otras personas que no se pueden costear estos accesorios.

Animales sin complejos

Además, estas mascotas con diversidad funcional suelen requerir higiene diaria y vaciado constante, puesto que suelen tener incontinencia, a lo que se suman buenos piensos y, por supuesto, mucho cariño, juegos paseos y descansos.

La protectora no ha contabilizado la cifra de animales que ha pasado por sus manos en estos años. «Son muchos los que llegan cada año, muchos los que se van y pocos los que se adoptan, aunque cada vez va animándose más gente«, cuenta Macu.

Aunque la adopción de perros y gatos discapacitados sigue generando rechazo, cada vez hay más personas que se prestan a ella, sobre todo cuando ven que «no es para tanto atenderlos. Solo exigen un poco más de atención y cuidados», asegura Macu. «Cuando los ven no se pueden creer lo felices que están y es entonces cuando surge ese feeling necesario entre el animal y el adoptante. La responsable subraya que, para estos animales, estar en una silla de ruedas no es «ninguna desgracia» como pueda suponer para un humano porque «¡no tienen complejo ninguno!». Lo fundamental para ellos es tener cariño y una familia que los quiera.

Uno de los peores momentos para la protectora ocurrió hace unos días. Las fuertes lluvias ocasionaron daños en sus instalaciones. Una tromba de agua entró en la casa inundando hasta 40 centímetros y estropeando algunos objetos. También se vieron afectados algunos animales. El pequeño Para, un perro cerebeloso, falleció ahogado a causa de su escasa movilidad. Sin embargo, el duro golpe no ha hecho que Bichosraros se paralice. Muchos vecinos y voluntarios se han volcado con su causa y han suministrado pienso, mantas, objetos y dinero que les está permitiendo reponerse poco a poco.

La asociación asegura que no necesitan nada material, pero sí reclaman «que cambie el panorama en España». Macu se lamenta de que su labor resulta infructuosa «si cada año hay más animales abandonados y no existe control alguno del maltrato animal. Es una cuestión de educación. Necesitamos que la gente de una oportunidad a los animales discapacitados. O que al menos intenten conocerlos, sólo así se darán cuenta de lo que hasta ahora se han perdido».

 

 

 

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