
Si hay algo que define a Bowen, Cloe y Míster es que son pura energía en miniatura. Como buenos cachorros, cada día convierten la protectora en un parque de juegos improvisado: carreras de un lado a otro, persecuciones infinitas y… peluches deshechos por doquier. 🧸💥
Sí, lo confieso: no hay muñeco que sobreviva a su entusiasmo. Pero es imposible enfadarse con ellos. Porque cuando los ves con esa carita de “yo no he sido” y los ojitos brillando de alegría, el corazón se derrite al instante. 💚
Son revoltosos, juguetones y un poco trastos… pero también son monísimos, cariñosos y llenos de vida.
Bowen, Cloe y Míster nos recuerdan que la infancia perruna es así: un caos adorable que lo compensa todo con amor y ternura.