Bichos raros (29)

Siempre he pensado que vivimos en el mundo al revés y, desde que conocí el triste final de Aurum, todavía más, porque me siento totalmente culpable de haber tardado 11 días en poder recoger a un animal al que su familia ya no quería, simplemente porque empezó con incontinencia.
11 días que tuve que organizar el puzzle de mi vida y de mi protectora, para que Aurum, un gran danés enorme, estuviera en un sitio tranquilo, cómodo y adecuado, ya que iba a pasar de vivir con su familia a vivir en una protectora, que es precisamente cuando los animales tardan más en asimilar su nueva situación.
Cuando por fin tuvimos todo preparado y estábamos impacientes por traernos a Aurum la voz de su dueña, al otro lado del teléfono nos dijo: “Ya no está”.
Luego, cuando la reproché su actitud, me dijo que había tardado 11 días en ir a por él…
11 largos días, donde no le dejaba ya ni siquiera entrar en su casa donde había vivido siempre.

Aurum, estoy segura de que en el Arco Iris todavía querrás a la que fue tu dueña, y nosotros siempre te recordaremos.

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